Durante el Campeonato Nacional de Rally 2003 un joven piloto sorprendió a todos con excelentes resultados, el popular "Chatin" Raulito Velit, irrumpió en escena con un antiguo Toyota Corolla, tracción trasera de eje rígido y se impuso, desde el saque, en casi todas las competencias en que participó y terminó.
Toyota
Corolla "La Gallina"
Esto me motivó a revisar un poco las ventajas que otorgan de los autos de tracción trasera, semejantes a este viejo Toyota Corolla, en comparación a los de tracción delantera, espero que ayude a comprender mejor y a evitar prejuicios respecto a estas configuraciones.
En los últimos años la mayoría de autos producidos por las fabricas, para el gran público, son de tracción delantera, esta situación ha hecho que muchos vean a los autos de tracción trasera como una tecnología que es parte del pasado. Quizá en algún caso tengan razón, me refiero por ejemplo al recordado escarabajo de la VW, o incluso al divertido pero complicado Porche 911 refrigerado por aire. El escarabajo no se fabrica más y el 911 resolvió sus problemas de rebeldía del tren trasero, con un afinado y costoso sistema de tracción integral.
Distribución de peso y centro de gravedad
En principio todo diseñador de autos busca conseguir estabilidad, maniobrabilidad, confort y seguridad, en cualquier circunstancia, para ello sabe que el peso del auto debe respetar dos condiciones:
1. El centro de gravedad del auto debe estar lo más bajo posible.
2. Dicho centro de gravedad, debe ubicarse en un lugar simétrico, respecto de las cuatro ruedas que sirven de soporte al automóvil.
Sin embargo estos dos ideales, sólo pueden alcanzarse en autos de fórmula tipo monoposto, como los de Fórmula 1 o los de la IRL. En el caso de los autos para uso diario, el tamaño, el costo, la adaptabilidad a las carreteras y caminos así como la habitabilidad, son factores predominantes en la elección final de la configuración. Resulta inevitable optar por una solución de compromiso, que haga económicamente viable al producto.
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