Mientras esto ocurría Tito de la Flor, notable piloto peruano, cosechaba ya, memorables victorias con el Mazda 323, preparado por José Cordano , era auspiciado por el grupo Nicolini importador de la marca. El 323 con un motor de solo 1300 cc. triunfó sobre rivales con motores mucho más grandes, este éxito, provocó una verdadera avalancha por adquirir esos vehículos. "Gane la carrera el domingo y venda el lunes", parecía aplicarse en nuestro país con tanto o más vigor que en USA. Se dice que el representante de la marca tuvo que hacer una importación urgente de más de 4,000 autos, para satisfacer la demanda inmediata.
Era una buena época para el automovilismo deportivo, había interés y apoyo directo de parte de los importadores de vehículos y la gente tenía plata en el bolsillo. En este contexto Tito de la Flor, junto con un joven piloto con pinta de vaquero americano, conocido como la "Gringa" Koechlin , ganaría por primera vez , la general de las 6 Horas Peruanas de 1981, en un mítico e invencible Mazda RX7. Luego de esto Tito pasaría al equipo Renault, de la época, hasta que este se disolvió.
En estas circunstancias es que nuestros dos personajes principales, Emilio Takano y Tito de la Flor, deciden iniciar lo que a la postre sería una de las aventuras más interesantes de la historia del automovilismo nacional; en conjunto construirían el Ninja, usando al límite las posibilidades y holguras que ofrecía el reglamento vigente.
Emilio transmite una gran pasión, fuerza y convicción en cada una de sus palabras, Tito en cambio denota
serenidad y determinación, quizá la mezcla de cualidades tan valiosas y complementarias expliquen esta larga y fructífera asociación.
La principal motivación de Emilio Takano, para emprender esta tarea, fue protestar por la forma de calcular el peso, él estaba seguro de poder construir un auto con un motor de 1600 cc. , suficientemente potente y suficientemente liviano, como para imponerse de manera holgada a rivales de mayor cilindrada; así mostraría a los dirigentes cuan equivocados habían estado al imponer su simplificado reglamento de pesos mínimos.
Emilio no se considera a sí
mismo como un constructor de autos de carrera, él siempre dice
que solo ha hecho un auto y
que no hará otro. Al
empezar el proyecto, él consideró necesario aprender de quienes sabían, con este
fin en mente, en 1985 decidió asistir al Miami Grand Prix, allí
junto con Tito fueron
todos ojos y oídos, observaron, fotografiaron, preguntaron y aprendieron.
Una de los autos que más
les llamó la atención fue un Toyota Corolla AE86, con el
entonces nuevo y revolucionario motor Toyota 4AG 1600 DOHC 16 válvulas, con preparación TRD y alrededor de
220 HP. Lo miraron desde todos los ángulos y siguieron adelante, no imaginaron que, luego por un
asunto completamente circunstancial y fuera de todo plan, dispondrían de ese maravilloso mot

Toyota AE86
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Motor 4AG 16V
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