No hay forma barata de participar en carreras de autos, sin embargo hay algunas posibilidades de hacerlo manteniendo los costos en un nivel aceptable. No debemos perder de vista que, salvo para los profesionales, correr autos es en esencia una actividad de esparcimiento, como cantar o hacer footing. De hecho existen muchísimas personas que se sentirían felices de poder competir en autos de carrera, si esto les fuera posible.
En 1992 los encargados del Lowes Motor Speedway (antes conocida como Charlotte Motor Speedway) , detectaron una necesidad insatisfecha en todo Norteamérica, que podía ser cubierta con un auto de carrera de bajo costo, que además requiera poco mantenimiento y que no demandara mucho tiempo de parte de los pilotos.
En aquella época la actividad de los autos de carrera no profesionales, cayó en un 30% o 40 %, a causa de los altos costos y de malas regulaciones ("loose rules"). Para saber más sobre las causas de esta caída, se contrató una investigación que demostró que a diferencia de las categorías con autos de más de US$ 20,000, cuya participación disminuía, las categorías con autos de entre US$ 10,000 y 15,000 y con bajo costo de mantenimiento por carrera, crecían.

Legend
Car
Con
estos resultados en la mano, H.A. "Humpy" Wheeler y
Elliot Forbes-Robinson, diseñaron el primer Legend Car, un pequeño
auto, hecho como replica a una escala de 5/8 de los autos
originales, carrocería de fibra de vidrio, con motor de 4
cilindros Yamaha Blitz 4 , pero con tracción trasera de eje rígido
de origen Toyota, siguiendo el tradicional espíritu de NASCAR.
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